viernes, 5 de abril de 2013

LA AGRESIVIDAD: CONDUCTA APRENDIDA (parte II)


“La no-violencia comienza en el hogar” es un artículo de Karen Kisslinger, en el cual  hace mención a aquellas cuestiones que constituyen un abuso  emocional en niños y adolescentes. Para evitarlas se recomiendan algunas líneas de acción que se transcriben a continuación:

La competitividad inapropiada es una grave violación de confianza en el desarrollo del niño como individuo. La competitividad temprana sólo prepara el escenario para una mayoría de “perdedores” y “segundones”.

Uno de los principales canales para la energía creativa de los padres es la interacción con su hijo o hija. Es a través de la creatividad real en estas relaciones que podemos curarnos y curar a nuestras familias de la tensión emocional y las limitaciones que tal vez arrastramos desde nuestra infancia.

Los niños “no consiguen lo que quieren” ni “salen con la suya” cuando obtienen lo que desean. Para ellos es una satisfacción básica ser capaces de lograrlo. Naturalmente, en un ambiente de sobreabundancia material debemos movernos con discreción. La competitividad del mercado fuerza a los padres a consumir excesivamente en beneficio del “desarrollo armónico” de su hijo.

Tan sólo 2% de los niños consume el 47% *de todos los juguetes existentes en el mundo. Tratemos de satisfacer los pedidos razonables, posibles, y de establecer límites claros y consistentes cuando no lo son.

Golpear o lastimar a un niño –o amenazar con hacerlo- es una ruptura de la autodisciplina paterna. Cuando los padres sienten la necesidad imperiosa de controlar a sus hijos, el mensaje es “no sientan lo que sienten, no sean quienes son, satisfagan nuestras necesidades y colmen nuestras expectativas”. He aquí, en cambio, un sentimiento que puede ser útil: “si golpeo a mi hijo me pierdo y, en última instancia, pierdo a mi hijo”.

Golpear o amenazar con lastimar, jamás es positivo para el niño. Solamente los métodos que evidencian día a día autodisciplina paterna motivarán la autodisciplina del chico en el futuro. Golpear o amenazar con golpear a un niño le enseña que la violencia es una solución para conflictos y tensiones.

El uso del lenguaje violento en la conversación habitual desensibiliza a los niños respecto de la violencia. Los niños amenazados con la violencia, o que la sufren, no esperan, al crecer, que los conflictos se resuelvan pacíficamente.
Luego de leer el texto, ¿qué opinión -a favor, en contra-  merece? 

* datos de una investigación en EE.UU.