La adolescencia es el tiempo que se debe transitar entre la niñez y la edad adulta. Los cambios más notorios se evidencian en el físico, especialmente durante la pubertad, etapa en la que se alcanza la madurez sexual.
El inicio de la adolescencia es entre los 12 ó 13 años, y el final es difícil de precisar ya que depende de la sociedad en que se encuentra el adolescente y del aspecto que se considere para su delimitación (el intelectual, el sociológico, legal, psicológico).
En piscología la edad adulta se alcanza cuando se descubre la propia identidad, se encuentra capaz de establecer relaciones (amorosas, amistosas), desarrolla valores y se independiza de los padres. Dicho esto, no cabe duda que algunos individuos nunca salen de la adolescencia más allá de la edad cronológica que tenga.
Siendo el descubrimiento de la identidad un factor de importancia para entrar en la vida adulta, hay que mencionar que tal descubrimiento depende, en gran parte, de las experiencias del infante durante el primer estadio del desarrollo de la personalidad, etapa en la que la calidad de la relación madre-hijo es fundamental para alcanzar el sentimiento de confianza básica que luego se traduce en un sentimiento de identidad. Entonces, podemos decir que el adulto es en gran medida (si no es lo por completo) el responsable de la base de la identidad de sus hijos.
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