martes, 26 de marzo de 2013

LA AGRESIVIDAD EN NIÑOS Y ADOLESCENTES


   La conducta agresiva es una de las características propias del ser humano. Investigadores especializados explican que “cierto grado de agresividad es un signo de personalidad vigorosa y bien balanceada. Se considera tanto normal como conveniente que el niño defienda sus derechos y pelee cuando la situación lo justifique”. Aclaro  que el término agresividad se toma aquí con connotación positiva, por lo que debería reemplazarse por el término acometividad. También manifiestan: “por otra parte, no se le puede dejar rienda suelta a la agresividad, porque esa tolerancia puede tener consecuencias igualmente poco convenientes de socialización. El niño agresivo no está en paz consigo mismo ni con sus compañeros. Puesto que los ataques agresivos fomentan respuestas agresivas, no es sorprendente descubrir que los niños hostiles no son populares”.
Jaime Bermeosolo Bertrán, en su libro “Psicopedagogía de la diversidad en el aula”, manifiesta que si se tiene en cuenta el desarrollo psicológico de los niños y adolescentes aquellos que han logrado una buena adaptación en el área se muestran competentes, seguros, emprendedores y con decisión para afrontar dificultades. Aquellos que no se adaptan tienen escasa/nula acometividad y agresividad (son sumisos, víctimas de abusos, no pueden defender sus derechos, desdeñados por sus compañeros o que se sienten así pudiendo generar resentimientos y rencores que pueden explotar en algún momento (recuerden los no pocos casos ocurridos al respecto en el mundo) o una agresividad incontrolada (no respetan las reglas, violan los derechos del resto, sus conductas son perturbadoras al máximo perjudicando la convivencia). Puede presentarse una reacción intermedia en la que no hay manifestaciones evidentemente destructivas aunque sí encubiertas tales como la oposición a la autoridad aparentando respeto por las normas (por ejemplo, el niño/ adolescente tarda más en hacer lo que se le pide o lo hace refunfuñando, se hace el que se olvida de hacer lo solicitado, se equivoca del material pedido, etc.).
El   bullying es una forma actual de intimidar a los demás dentro de las escuelas. La palabra Bully -de la que deriva bullying- se traduce como matón, valentón; intimidar, tiranizar. La intimidación puede ser: directa o indirecta. La primera se puede expresar en forma física (golpes, empujones, patadas, etc.), verbal (mediante burlas, sobrenombres ofensivos) y psicológica (atentando contra la autoestima del otro). La segunda, conduce al aislamiento social. El cyberbullying es una forma del bullying empleando internet.
Existen diversas explicaciones sobre el comportamiento agresivo, desde el punto de vista de los etólogos, de los psicólogos, algunos consideran que la agresión es consecuencia de la frustración y otros que se aprende por imitación.
Sea cual fuere la explicación, los adultos responsables de la educación de los niños/ adolescentes debemos actuar evitando ser demasiado extremadamente tolerantes o extremadamente estrictos.

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